ESCARLATINA:
De nuevo tenemos aquí a una vieja
conocida: la escarlatina. Mucha gente cree que se trata de una enfermedad ya
erradicada, otros lo consideran una enfermedad “importada” por los emigrantes,
pero es una enfermedad que nunca se ha ido de nuestro país, y que cada año
afecta, en mayor o menor número, a algunos de nuestros niños. Es menos
frecuente que en épocas anteriores gracias al uso (y abuso) extenso de
antibióticos, sobre todo penicilina y sus derivados, en cuadros de amigdalitis
aguda, que impiden la evolución de la enfermedad. Se ve con más frecuencia en
núcleos de población grandes, y produce ocasionalmente pequeñas epidemias.
El germen que la produce es muy
conocido y extendido. Se trata del estreptococo A, causante de la mayoría de
las amigdalitis bacterianas con exudado, que en algunos pacientes, por algunos
condicionantes de la bacteria (producción de toxinas) o del paciente (ausencia
de inmunidad frente a bacterias y toxinas), pasa al torrente circulatorio y se
extiende por todo el organismo, causando la escarlatina.
Afecta más a niños de 5 a 10
años, y el contagio se produce por vía oral, a partir de las pequeñas gotas de
saliva que se expulsan por boca y nariz al toser o estornudar.
Después de 3-4 días de
incubación, aparece el cuadro de amigdalitis aguda severa, con fiebre elevada y
signos generales, que en 12-24 horas da paso al exantema (manchitas en la
piel).
El exantema suele comenzar en el
cuello y va descendiendo hacia el tronco y extremidades. Las lesiones son muy
rojas, de pequeño tamaño, que se unen unas a otras dando un aspecto rojo muy
característico. En la cara, las lesiones respetan el triángulo que forman la
nariz y la boca, y se produce un enrojecimiento marcado de los labios y de la
lengua, que se inflama y adquiere aspecto de “lengua en fresa”.
En las
flexuras, sobre todo en las ingles y los codos, aparecen pequeñas hemorragias
de forma lineal, características de la enfermedad, llamadas “líneas de Pastia”.
Si no se trata, a los 3-4 días el
exantema se descama, siendo más llamativa la descamación en las manos.
El diagnóstico se realiza por el
cuadro clínico, y puede ser apoyado por análisis de laboratorio y/o tests
rápidos de detección del estreptococo en la propia consulta.
Con un tratamiento adecuado
(penicilina o derivados en las dosis y duración adecuadas), la enfermedad cura
sin complicaciones. El tratamiento debe durar necesariamente un mínimo de 10
días, aunque ya en las primeras 48 horas se reduzcan mucho o incluso
desaparezcan los síntomas.